Hace unos días, celebrando un aniversario especial, me llevé al Mister de fin de semana sorpresa, activo y romántico.
Una ruta por la montaña del prepirineo para después terminar en este hotel que os presento, y que os recomiendo.
Se trata de Villa Clementina, una singular casa de indiano.
Se construyó en 1888, bajo las órdenes de Esteban Ancil que después de pasar una temporada en Cuba, regresó a su pueblo Murillo de Longuida, en Navarra, en donde hizo varias obras, quedando a día de hoy esta casa tan singular.
Durante décadas la casa que pertenece a las cuarta generación de Ancil, estuvo cerrada, pero tras una larga rehabilitación en los años 2009 y 2010 se consigue su recuperación y se convierte en un hotel muy peculiar.
Se recuperan techos increíbles y suelos maravilloso.
Se mantiene el estilo indiano, rehabilitando paredes, escaleras y puertas.
Pero también incorporan un toque moderno.
Sobretodo en sus nueve habitaciones, en las que la zona de aseo toma gran presencia.
Nosotros estuvimos muy a gusto, el trato es muy familiar, pero sin perder el toque de hotel especial. Os recomiendo la cena, servicio exclusivo para clientes, los postres caseros son deliciosos!
¿Os gustan este tipo de alojamientos? ¿Qué os parece la combinación entre el toque vintage y más moderno?